jueves, 14 de abril de 2011

Solo mi música y yo

La adolescencia, según dicen, es una de las etapas más duras de una persona, pero también una de las más bellas. Es una etapa donde uno ya no cree en los Reyes Magos, ni en Papá Noel ni en el  Ratoncito Pérez. 
Es una etapa de ilusión y desilusión por las cosas. De entusiasmarse mucho por algo, y luego, caer en picado si  sale mal.

Tambien te enamoras por primera vez, olvidando esos "novios" que teníamos todos con 4 años.
Sabiendo lo que realmente es el amor, que no es algo material, que es algo que consigue llevarte a la felicidad más absoluta, pero tambien a la peor tristeza.

Y aquí es cuando los adultos no nos entienden. No entienden por qué un día estamos más que felices, y al siguiente fatal. Porque ellos ya no vivien esto. Porque ellos ahora tienen una vida más o menos estable.
Porque ellos ya no dan subidas y bajadas en el estado de ánimo.

Hay en ocasiones en las que me gusta aislarme de la gente adulta, quizás de todo el mundo. Solo mi música y yo, que es la mejor compañera.
Son momentos de desesperación que todo adolescente tiene y que los adultos deberían entender, pero no lo hacen, no lo quieren hacer. 

Para manifestar estos sentimientos, tengo éste blog, que me ha venido genial. Aquí cuento esas cosas que jamás contaría a nadie, solo a tí. A mi alma gemela, que lo es, pero no lo sabe.
Es esa persona que consigue hacerme feliz y afortunada y me hace sentir como la  mierda, en algunos casos.
Pero al fin y al cabo, eres quien me ha FELIZ, y como dijo un músico: "Es mejor estar enamorado y sufrir un poco", porque el amor trae esperanza, te hace luchar, te hace renunciar a cosas, pero es el único sentimiento que te hace vivir.

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