martes, 7 de junio de 2011

Renunciaré a tí por las apariencias

 Querida alma gemela:

¿Como han podido cambiar las cosas tanto de un día para otro?
Ahora siento que no puedo mirarte, más bien, no debo mirarte. Por lo que pueda pasar, por lo que pueda pensar la gente. Llevo toda la vida viviendo en una mentira, diciendo siempre que me daba igual lo que dijesen los demás sobre mi, y hoy me doy cuenta, que es mentira. Me importa, y mucho. Soy cobarde, lo sé, pero estoy sufriendo mucho.

Quiero renunciar a ti porque sino, sé que podrían suceder cosas terribles. Pero lo pienso y no sé si hay algo peor que lo que estoy viviendo. Engañándome a mi misma, intentando no mirarte para finjir que no te quiero. Duele. Duele porque te amo. Porque no merece la pena tanto sacrificio. Y además ¿para qué?

Aun así he dejado de escuchar a mi corazón, lo último que se debe hacer. Y lo que estoy haciendo ahora, es renunciar a mi única necesidad por la apariencia que dé ante el resto de humanos, si se les puede llamar así.

Algún día me gustaría escribir una carta en cuyo título pusiese "Mi confesión". Contar todo, y que me diese igual las consecuencias. Es más grave de lo que piensas, y muchas personas dejarían de hablarme. Otras huirían de mi. Y otras, quizás permanecerían a mi lado.

Tengo miedo a quedarme sola, y quizás si me muestro tal y como soy, me pueda quedar sola.
Porque al fin y al cabo, todos llevamos una máscara. Algunos les muestra casi todo el rostro, y a otros, se lo tapa por completo. Y por ley de vida, los humanos tememos quitárnosla; y la causa es la cobardía, nuestra peor enemiga.

En un futuro, me la quitaré. Pero en estos momentos, no lo haré. Porque no estoy preparada.
Prefiero callar, aunque sé que todo esto es un error, y el silencio tarde o temprano, acabará conmigo .

No hay comentarios:

Publicar un comentario