lunes, 15 de agosto de 2011

Somos adolescentes

Yo de pequeña era más alegre. No era muy hiperactiva, pero sonreía más. Era una niña más o menos normal, con unos padres que me adoraban. No era caprichosa, pero tenía mis pequeñas ilusiones que normalmente se escondían tras un peluche. Y cada ilusión me hacía feliz, aunque fuese una tontería.

Tenía sueños imposibles. Nunca me planteé eso que algunos llaman 'crecer'. Tenía el síndrome de Peter Pan. Vivía en mi mundo, en mi 'Nunca Jamás' donde todo era mágico.
Pero pronto se fue desvaneciendo poco a poco. Aquellas cosas que tanto me daban me dejaron de llenar, sin hablar del disgusto de Los Reyes Magos y compañía. 

Comencé a vivir una realidad muy diferente a la de mi infancia, intentando olvidarlo todo ya que pensaba que había sido una mentira. Estaba empezando a crecer.


Pronto aparecieron en mi vocabulario palabras de las cuales no sabía: miedos, preocupaciones, responsabilidad. Todo era negativo. Entonces fue donde apareció la palabra 'amor'.


Este año lo he conocido personalmente. Me han gustado varias personas, pero nunca me había enamorado. Y describiría al amor como un veneno que sana. Un antídoto dañito, una sensación que te destruye y te revive. Un término que hace llorar; de felicidad y de tristeza.


Y mi pregunta es: ¿cómo quieren los adultos que nos sintamos?
Si tenemos un bombardeo continuo de sensaciones, de corazonadas, de dolor, sufrimiento, alegría...
¿Como pueden pretender que seamos equilibrados si hay días que quemaríamos ciudadesy otros en los que bajaríamos la luna a la persona amada?
¿Como quieren que no cometamos locuras si es lo único que nos hace felices?
Y si con nuestro comportamiento piensan que hacemos el ridículo, pues adelante. Somo adolescentes. Microbios con acné, somos unos tocahuevos, una rebelión, un mal gesto, una sonrisa...Y al fin y al cabo, todas las tonterias que hacemos son para realizar algo que, sin duda, merece la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario